En Colombia, el 9 de julio es un día muy especial, pues se celebra la fiesta patronal más importante en honor a la Virgen de Chiquinquirá.
¿Cómo apareció la imagen de la Virgen de Chiquinquirá en Colombia?
Hace 4 siglos don Antonio de Santana, quien era el encomendero en ese entonces de los pueblos Chiquinquirá y Suta, le pidió al español Alonso de Narváez que dibujara sobre una tela de algodón la imagen de la Virgen del Rosario.
Este cuadro lo pusieron en una capilla pequeña, propiedad de Santana. Con el pasar del tiempo esta se fue deteriorando, ya que le caía agua. Esto provocó que la imagen quedara borrosa. En el año 1585 Santana se trasladó a Chiquinquirá, en Boyacá, y llevó consigo la imagen, abandonándola en un cuarto, que tiempo después fue usado como oratorio.
Inicio de la advocación
La primera aparición de la Virgen de Chiquinquirá ocurrió el 26 de diciembre de 1586. Ese día la señora María Ramos rezaba con mucho fervor ante el lienzo deteriorado. Ella fue la encargada de reparar el oratorio donde estaba el lienzo y ubicar la imagen de la virgen en un lugar privilegiado.
En el instante en que ella oraba, la pintura de la virgen se iluminó, comenzó a recuperar sus colores y a restaurarse de manera milagrosa. A partir de ese momento los fieles católicos se aferraron a ella para recibir su bendición. En 1829 la Virgen de Chiquinquirá fue proclamada como la patrona de Colombia por el Papa Pío VII.
Oración a la Virgen de Chiquinquirá
Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá! Madre de Dios, Reina de los ángeles, abogada de los pecadores, refugio y consuelo de los afligidos y atribulados.
Virgen Santísima, llena de poder y de bondad, lanzad sobre nosotros una mirada favorable para que seamos socorridos por Vos en todas las necesidades en que nos encontramos.
Acordaos, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!, que nunca se oyó decir que alguien que haya recurrido a Vos, invocado vuestro Santísimo nombre, e implorado vuestra singular protección, fuese por Vos abandonado.
Animados con esta confianza, a Vos recurrimos. Os tomamos desde hoy y para siempre por Madre nuestra, nuestra protectora, consuelo y guía, esperanza y luz en la hora de la muerte.
Libradnos de todo aquello que pueda ofenderos y a vuestro Santísimo Hijo, Jesús. Preservadnos de todos los peligros del alma y del cuerpo; dirigidnos en todos los negocios espirituales y temporales.
Libradnos de la tentación del demonio, para que andando por el camino de la virtud, podamos un día veros y amaros en la eterna gloria, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Himno a la Virgen de Chiquinquirá
Gloria A ti, Casta Señora
De mi pueblo bravo y fuerte
Que en la vida y en la muerte
Ama y lucha, canta y ora.
Autóctona Virgen
De rostro bronceado,
Mi lago encantado
Te exorna los pies
Con rizos y ondas
De armónico halago
Y reina del lago
Te digan doquier.