Muchos visitantes se han sentido atraídos por la historia del pueblo Curon y del campanario sumergido en el lago de Resia.
Un campanario sumergido y un pueblo acabado
Hace más de 70 años la región italiana de Curon se inundó, provocando que el pueblo desapareciera y que solo quedara en la superficie un campanario, el cual emerge de sus aguas heladas.
A pesar de que el nivel del agua lo han bajado para hacer algunas reparaciones al campanario, ya no hay rastro de las casas que allí existían. En ciertas ocasiones el lago lo han drenado completamente y las personas han tenido la oportunidad de caminar sobre las ruinas que quedaron. No obstante, este desaparecido pueblo fue reconstruido a kilómetros del lago bajo el nombre de Curon Venosta.
¿Qué provocó la inundación?
En 1950, decidieron inundar una gran área cerca de la frontera entre Italia, Austria y Suiza para la construcción de una represa. El objetivo principal del proyecto era crear un lago artificial de 5 metros de profundidad en la ciudad de Curon. Finalmente, se cambió a un lago de 22 metros de profundidad que conectaría dos lagos naturales, el Lago de Resia y el Lago de Curon.
Este cambio de diseño provocó la inundación de varios pueblos, uno de los cuales fue Curon, cuyos habitantes se vieron obligados a abandonar el lugar donde vivían. Más de 160 casas y 523 hectáreas de tierra cultivable quedaron sumergidas. La ciudad de Curon fue evacuada; sin embargo, algunos residentes optaron por quedarse en la nueva aldea cercana que comenzó a reconstruirse más al norte.
Ventajas de ese proyecto
La idea era conectar los tres lagos para producir energía hidroeléctrica, pero el trabajo tardó varios años en completarse, en parte debido a dos guerras mundiales. A pesar de las dificultades económicas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, el dique se completó e inauguró en el verano de 1949.
Campanario sumergido: una atracción para visitantes
La torre de la iglesia Santa Caterina, que ha sido protegida por el Departamento de Bellas Artes, es la única de las 150 casas que alguna vez componían el pueblo que aún se mantiene en pie.
Este campanario se ha vuelto el más fotografiado de la zona y además ha sido objeto de restauración, la cual se completó en 2009. Para ello, se decidió bajar el nivel del agua en el dique para permitir las labores de mantenimiento de la estructura, así como la curación de las grietas donde había entrado el agua y causado daños por el hielo invernal.
Durante los fríos meses de invierno los visitantes pueden caminar por el lago helado y llegar a las ruinas de la iglesia en la superficie. Además, muchas personas aprovechan los fuertes vientos que soplan en esta zona para practicar kitesurf en el lago. A otros, por su parte, les gusta hacer excursiones a las zonas verdes de los alrededores o simplemente dar un relajante paseo por el campanario en uno de los muchos cruceros.
