Conoce algunos mitos colombianos que están impregnados de personajes fantásticos, y han nutrido por años la cultura de este país.
Mitos colombianos: El Hombre Caimán
Había una vez, un pescador llamado Sal Montenegro tenía la obsesión de mirar mujeres desnudas nadando en el río Magdalena. Un día visitó a un brujo local que lo ayudó a convertirse en caimán, pero cuando quiso volver a su estado normal, la pócima, que debería haber estado vertida en todo su cuerpo, solo estaba rociada en su cabeza.
Como resultado, se transformó en una criatura mitad humana, mitad caimán. De inmediato asusto a las mujeres que estaban en el río, estas lo veían aterrorizadas y no volvieron nunca más a ese lugar.
Debido a esto el pescador pasó el resto de sus días vagando por el río hasta llegar a su desembocadura. Hasta ahora, los pescadores que frecuentan la zona esperaban toparse con el Hombre Caimán.
La Mano Peluda
Se dice que en el Desierto de la Candelaria y el Convento de los Agustinos aparece durante toda la noche una mano gigante, excesivamente velluda, con uñas muy largas y afiladas.
Por las tardes, esta mano se podía ver a través de los ventanales del convento. Según otros relatos, la mano llegó a atrapar los pies de aquellos niños que se despertaban tarde en la noche de sus camas y los arrastraba más lejos.
Si los niños lograban escapar de la mano peluda, sus pies quedaban cubiertos de heridas que debían ser curadas lo antes posible para evitar que se desangraran y murieran.
La Llorona
Desde hace mucho tiempo una mujer llamada La Llorona anda vagando a lo largo y ancho de las montañas, valles, cordilleras y paisajes de nuestro país. Dicen, quienes la han visto, que tenia un vestido que le cubría todo el cuerpo hasta los tobillos. El cabello de esta mujer es largo y ondulado. En su cabeza se encuentran grillos, luciérnagas y mariposas.
La Llorona tiene manos grandes, y en ellas lleva un bebé muerto, su hijo, al que llora desconsoladamente todo el tiempo. La gente especula que ella fue quien lo mató, lo que resultó en su continuo llanto y perpetuo arrepentimiento.
La Chancletona
Había una vez, una mujer vestida de blanco y con cabello largo recorría en las noches todo el pueblo, su travesía iniciaba en el cementerio y posteriormente caminaba por la calle del centro.
La aparición era reconocida por el enorme alboroto producido por sus chancletas mientras los arrastraba por el suelo. Era un ser calmado, pero quienes la molestaban tenían un final trágico, al igual que su familia. El miedo que tenía la gente era tan grande que antes de las once de la noche todos estaban dormidos y encerrados en sus casas.
El Sombrerón, uno de los tantos mitos colombianos
Era un personaje siniestro que siempre vestía de negro y llevaba un gran sombrero en la cabeza. Además, tenía un caballo negro el cual lo que lo ayudaba a pasar desapercibido en la oscuridad.
Esta figura aparecía y desaparecía de los pueblos sin previo aviso. Tenía la tarea de rastrear en la noche a ladrones y bandidos en lugares solitarios.
Invitamos a la comunidad a leer esta nota 😊