El romance que impregna Florencia está simbolizado por el Ponte Vecchio, una estructura representativa de la ciudad.
La construcción del Ponte Vecchio
El puente de piedra más antiguo que sigue en pie en toda Europa es el Ponte Vecchio, el cual atraviesa la parte más alejada del río principal de Florencia, el Arno. Está sostenido por tres arcos, cuya altura oscila entre 3,4 y 3,5 metros. La iluminación del arco principal es de 30 metros, mientras que la del otro par es de 27 metros.
Fue construido en el año 150 a.C por los romanos, quienes usaron madera para construirlo. Más adelante fue destruido a causa de embates de la guerra, crecimiento del río y descuido de sus pobladores.
Después de la primera destrucción, el puente fue levantado y derribado repetidamente. Hasta que finalmente entre los siglos IX y X el puente fue reconstruido en el lugar que ahora se le conoce. En el año 1345, finalmente se construyó completamente en piedra, según un diseño arquitectónico de Taddeo Gaddi.
Ventas en el puente
El Ponte Vecchio siempre ha sido el centro de la actividad comercial en Florencia. En particular, venta de joyería y artículos hechos a mano. Sin embargo, los carniceros y matarifes acabaron por hacerse con el control de la zona.
No obstante, se les prohibió estar allí en 1593 debido al mal olor que producían sus actividades. Como resultado, los vendedores de oro y los joyeros tomaron su lugar. Desde entonces, estos puntos de venta y las viviendas colgantes vecinas continúan siendo parte de la arquitectura medieval que esconde diversas leyendas y secretos.
Candados en el Ponte Vecchio
Si hubo algo que distinguió al puente durante años, además de sus casas colgantes, fue la cantidad de candados que allí se dejaban los novios en señal de amor.
Actualmente, el sistema sigue funcionando, pero cada poco tiempo las autoridades retiran los candados por la seguridad de la estructura del puente.
Monumento a Benvenuto Cellini
Dos terrazas panorámicas están ubicadas en el medio del puente: una está cubierta por el Corredor Vasariano, mientras que la otra alberga el Monumento Benvenuto Cellini de Raffaello Romanelli, que fue inaugurado el 26 de mayo de 1901. La obra de arte se exhibió para conmemorar el cuarto centenario del nacimiento de Cellini.
El pedestal está adornado con decoraciones típicas de la época de Cellini como festones, máscaras, garras de león, cabezas de carnero, entre otras.
El corredor vasariano
Los amos de Florencia durante el Renacimiento fueron los Medici. A mediados del siglo XVI tomaron la decisión de separar su residencia de la sede del gobierno del ducado; hasta ese momento, los dos compartían el Palazzo Vecchio. Por ello, al otro lado del río Arno, en el Palacio Pitti, se trasladó su residencia.
Cosme I de Medici le pidió a Giorgio Vasari que construyera un corredor privado que conectara los dos palacios para evitar mezclarse con la población; una de las razones era su temor a posibles intentos de asesinato.
