A 3 horas y 41 minutos de Bogotá podrá llegar a Monguí un pueblo con un estilo colonial que tiene muchas historias por contar. Calles empedradas, casas coloniales, industria de pelotas y balones, un páramo, son algunas de las cosas que encontrará cuando se anime a visitarlo.
La industria de los balones : protagonista de Monguí
Algunos pueblos definen su actividad económica por lo que da la tierra, por su ubicación, otros lo hacen por costumbre o por legado. Este último es el caso de Monguí que desde 1934 vive de la tradición de fabricar balones. La historia se resume en Froilán Ladino Agudelo quien en 1932 durante su estadía en Manaos por cuestiones del servicio militar conoció de cerca una fábrica de balones. Cuando volvió Ladino enseñó el oficio a 12 habitantes de Monguí y desde ahí es tradición crecer entre balones.
Por muchos años el Fútbol Profesional Colombiano se ha jugado con balones hechos a mano en Monguí, siendo solo uno de los productos que venden, pues esta tierra se llena de pelotas de todo tipo. Desde las profesionales que se exportan, las alusivas a la cultura del pueblo, hasta llegar a las decorativas, pasando por las conmemorativas. En esta última categoría está una hermosa colección de balones de cada mundial, replicas exactas incluiyendo el de Italia 1934 que se encuentra en grande, mediano o pequeño. Una obra de arte para los amantes del fútbol.
Historia de Monguí
A 2900 metros a nivel del mar se encuentra Monguí un pueblo que está incluido en la Red de pueblos patrimonio de Colombia, con todo lo que esto implica. Algunas estructuras que no se pueden intervenir y otras ventajas como el impulso que recibe el turismo con esté reconocimiento. El pueblo fue fundado el 31 de diciembre de 1601, 50 años después de la llegada de los primeros misioneros franciscanos. En 1603, se construyó el templo y el convento que muchos años después fueron declarados patrimonio nacional
Atractivos turísticos
Páramo de Oceta: Mongui es frio, frio, frio, friooo y el primer consejo es que usted vaya muy bien abrigado. ¿La razón? El páramo de Oceta que está a unos pocos minutos y en el que se pueden hacer caminatas de aproximadamente 3 horas. El páramo de Oceta es uno de los más bellos del mundo.
Para las personas que disfrutan de las cosas religiosas y arquitectónicas, visitar Monguí es una experiencia muy enriquecedora. La Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí, la Capilla de San Antonio y el Convento de los franciscanos son lugares que no puede dejar de presenciar.
El Puente Real De Calicanto es el lugar perfecto para respirar en su estadía en Monguí, con una arquitectura totalmente colonial y un corredor de agua tipo rio este puente es perfecto para sentarse y disfrutar. Si usted es una persona que gusta de meditar no dude ir allí, no se va a arrepentir.
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